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7 Claves para el Desarrollo Infantil: Movimiento, Juego y Funcionalidad en la Rehabilitación

Cuando trabajamos con niños que presentan desafíos en su desarrollo motor, es fácil caer en la idea de que la terapia se basa en ejercicios repetitivos y en la corrección de patrones. Sin embargo, la evidencia y la experiencia nos muestran que el verdadero progreso ocurre cuando la terapia está centrada en la función, en el movimiento con significado y en el juego como herramienta clave.


Esta visión fue reafirmada en el 1er Congreso Internacional de Rehabilitación Pediátrica de la SEFIP, donde Lourdes Macías compartió ideas fundamentales para mejorar la calidad de vida de los niños en terapia. A partir de estas reflexiones, presentamos 7 claves esenciales para potenciar el desarrollo infantil a través de una rehabilitación funcional y centrada en la vida diaria.


1. La función es la prioridad.

Más allá de seguir patrones motores, el aprendizaje del movimiento debe enfocarse en actividades funcionales. El niño aprende mejor cuando los movimientos tienen un propósito real y están integrados en su entorno cotidiano. En lugar de solo hacer ejercicios, la terapia debe incluir actividades que ayuden al niño a ser más independiente y participativo.


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2. Todos los niños necesitan moverse

Independientemente de la condición que presente un niño, el movimiento es esencial para su desarrollo. Facilitar la movilidad a través de estrategias adaptadas permite mejorar la fuerza, el equilibrio y la coordinación, ayudando a una mayor participación en las actividades diarias.


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3. El juego es la mejor terapia

El juego no solo es una actividad recreativa, sino también una herramienta terapéutica poderosa. A través del juego, los niños exploran, aprenden y desarrollan habilidades motoras y cognitivas sin sentir que están "haciendo terapia". Diseñar intervenciones que incluyan elementos lúdicos hace que la rehabilitación sea más efectiva y significativa.


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4. Los dispositivos de apoyo pueden transformar vidas

Existen diversas herramientas como los trajes posturales, dispositivos de bipedestación y sistemas de movilidad que facilitan la participación activa del niño en su entorno. Cuando se integran correctamente en la terapia, estos dispositivos pueden mejorar el control postural, la estabilidad y la autonomía.


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5. La familia debe ser parte del proceso

El rol de los padres y cuidadores es fundamental en la rehabilitación. Involucrarlos en la toma de decisiones y en la aplicación de estrategias terapéuticas en casa fortalece la efectividad del tratamiento y genera un entorno de apoyo constante para el niño.


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6. Explorar diferentes estrategias ayuda al éxito

No existe una "receta universal" para todos los niños. Adaptar la terapia según las necesidades individuales y probar diferentes enfoques permite encontrar la combinación más efectiva para cada caso. La flexibilidad en el tratamiento es clave para lograr avances significativos.


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7. Integrar la terapia en la vida diaria

La rehabilitación no debe limitarse a sesiones estructuradas en la clínica o el consultorio. Incorporar la terapia en actividades cotidianas como vestirse, comer o jugar permite que el niño refuerce sus habilidades en un contexto natural y funcional.


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La rehabilitación pediátrica debe centrarse en la funcionalidad, la participación y la autonomía del niño. No se trata solo de "corregir" movimientos, sino de potenciar sus capacidades para que pueda desenvolverse mejor en su día a día.




🔹 Porque cada pequeño avance es un gran paso en la vida de un niño. Con amor, paciencia y estrategias efectivas, podemos ayudarles a alcanzar su máximo potencial. 💙


📌 ¿Cómo aplicas estos principios en tu práctica o con tu hijo? Comparte tu experiencia en los comentarios. 😊


 
 
 

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